Entrevistas
Hacer sólo los proyectos que uno pueda disfrutar
Autor: Paralelo Colectivo
Biografía
Alberto Campo Baeza es un arquitecto español, profesor de la Escuela de Arquitectura de Madrid, que ha realizado una profusa labor docente tanto dentro como fuera de España, impartiendo sus enseñanzas en varias universidades de EEUU y Europa. Se trata de un arquitecto firmemente interesado en conceptos como la precisión, la esencialidad y el control de la luz en el espacio arquitectónico. Discípulo de los arquitectos De la Sota, Moneo, Cano Lasso , Aburto y Cabrero, propone espacios radicales, atemporales y rotundos en los que maneja con la máxima eficacia el mínimo número de elementos.
|PC| Paralelo Colectivo
|ACB| Alberto Campo Baeza
|PC| ¿Cómo fue tu experiencia en la Universidad? ¿Qué cambios imaginabas como estudiante sobre la enseñanza y cómo creés que es el estado actual de la misma, por lo menos en España?
|ACB| La Universidad era y sigue siendo maravillosa. La Universidad es siempre un regalo para la gente joven que accede a ella. Superó con creces lo que yo esperaba. Me encontré al principio con unos Catedráticos que eran sabios, unos verdaderos Maestros. Y estudiábamos muchísimo con gran aprovechamiento. Comencé a aprender entonces lo que es el verdadero disfrute intelectual. Luego, en la Escuela de Arquitectura de Madrid, la ETSAM, mi Escuela, tuve la suerte de tener como profesores a los mejores arquitectos españoles: Sota, Cano Lasso, Sáenz de Oiza y Carvajal. Ahora la Escuela de Madrid, con más de 5.000 alumnos y más de 100 profesores de Proyectos, sigue siendo estupenda. A pesar de los pesares. Frampton dice que es la mejor del mundo. Y yo estoy orgulloso de ser profesor en ella. Soy el Catedrático de Proyectos más antiguo de mi Departamento, que no el más viejo. Y me gusta estar en una Universidad Pública, la UPM.
|PC| Algunas veces te hemos visto decir que en tu biblioteca hay más libros de poesía que de arquitectura ¿Sólo buscas la inspiración en ese tipo de textos o considerás que la filosofía, la literatura o la música tienen algo que decir sobre arquitectura?
|ACB| Defiendo las Humanidades en los estudios de Arquitectura. Arquitectura es una carrera técnica y humanística a la vez. No es una Ingeniería ni una carrera de Bellas Artes. Es todo a la vez. Además de Proyectos y Estructuras e Instalaciones e Historia, se debería estudiar Música y Literatura y Pintura y Filosofía. Buscamos la Belleza para hacer felices a los hombres.
|PC| ¿Considerás que la arquitectura ha estancado desde hace un tiempo su producción intelectual en términos del marco teórico que rodea un proyecto?
|ACB| La Arquitectura sigue adelante por encima de sucesos puntuales. La mejor arquitectura es siempre una verdadera labor de investigación. Sigue produciéndose una arquitectura estupenda fruto de la labor intelectual de unos pocos arquitectos. Lo que pasa es que se ve más lo otro.
|PC| ¿Solés mirar arquitectura latinoamericana?
|ACB| Sí, siempre. Hay una arquitectura latinoamericana de primer orden. Además de las generaciones pasadas con figuras como Barragán o Niemeyer, hay unas generaciones muy jóvenes magníficas. Me vienen a la cabeza Pezo y Von Erlich en Chile o Solano Benítez en Paraguay. Hay muchos nombres, pero no sigo porque después si me dejo alguno se me enfadan.
|PC| ¿Pensás que la globalización, ayudada de los nuevos medios de información instantánea, generan un traslado des-contextualizado de diferentes maneras de pensar la arquitectura en diferentes partes del mundo que nada tienen que ver entre ellas?
|ACB| Los nuevos medios informáticos son estupendos. Más que de globalización deberíamos hablar de universalidad. El mundo es pequeño. Si no fuera por esos medios no estaríamos teniendo este diálogo así.
|PC| ¿Creés en la visión utópica de la arquitectura como motor hacia la solución de las problemáticas de la vida social en general o le quitás tal responsabilidad a la disciplina?
|ACB| Claro que sí. Creo que la arquitectura ha ayudado, ayuda y ayudará a resolver muchos problemas de la sociedad. Unas buenas viviendas sociales hacen que la gente viva más feliz en ellas. El fin de la arquitectura no es la autocomplacencia de los arquitectos, es el hacer felices a las gentes.
|PC| ¿Creés que podrías definir, o al menos reconocer algunos procedimientos específicos en tu forma de proyectar?
|ACB| Primero la cabeza, la razón. La razón es el primero y principal instrumento de un arquitecto. Y luego las manos, trabajar mucho, muchísimo, dibujar y hacer maquetas. Por eso titulé mi primer libro “La idea construida” (acaba de aparecer la edición en chino ) y el segundo “Pensar con las manos “. Si hubiera que buscar un adjetivo para mi trabajo yo diría que es intenso, profundo, esencial.
|PC| Has mencionado alguna vez la cuestión de la cantidad de proyectos que puede producir un buen arquitecto para lograr un resultado de valor… ¿Cuál creés que puede ser la fórmula de equilibrio entre producción de arquitectura y calidad?
|ACB| He contado ya muchas veces la anécdota de cuando descubrí que había construido el mismo número de obras que piezas de teatro había escrito Shakespeare: 37. Ahora debo ir por la número 40. Hacer sólo los proyectos que uno pueda controlar. Hacer sólo los proyectos que uno pueda disfrutar. No en vano tenemos el trabajo más hermoso del mundo.
|PC| ¿Tu vida cotidiana está rodeada de arquitectura o encontrás en otras actividades u oficios dispersión por un rato?
|ACB| Se trata de la vida y un arquitecto no puede ser alguien que sólo piensa en arquitectura. Acabaría loco, neurótico. La vida es muy hermosa y para ser mejores arquitectos, debemos ser creadores que entiendan bien la vida. Así lo han hecho los mejores creadores a lo largo de la Historia. Disfruto con todo y no puedo menos que dar gracias a Dios por todo.
|PC| En un hermoso libro de Eduardo Sacriste "¿Qué es la casa?" la define como "el escenario del drama cotidiano de la vida". Tu relación con el programa de la vivienda es intenso ¿Cómo lo describirías?
|ACB| Recuerdo mi descubrimiento de algunos textos de Sacriste en mi primer viaje a la Argentina hace ya tantos años. Creo que era “Charla a principiantes”. Magnífico. Mi relación con la casa es muy especial. Escribí hace tiempo “Un arquitecto es una casa”. Disfruto mucho haciendo casas intentando demostrar que se puede vivir feliz en una idea. Todos mis clientes están felices. Y yo con ellos.