Entrevistas
VER, SABER, HACER Y CREAR
Autor: Paralelo Colectivo
Biografía
Perfil: Diseñador | Artista plástico | Creativo | Gestor cultural | Maestro de violín Edad: 34 años "Actualmente desarrollo mi profesión como Arquitecto independiente dedicado al proyecto y la conducción de obra basando el trabajo del estudio entre la teoría y la práctica. Desarrollo mi actividad artística desde siempre, con especial interés en la integración de diferentes manifestaciones. He participado activamente en Muestras y concursos. Continúo con mi pequeña Orquesta de violines. Tengo una casa por terminar y un parque por forestar. A futuro, me interesa Seguir aprendiendo y enseñando... Proyectando y construyendo... Crecer... y dejar mí huella."
Enero 2017
PC: Paralelo Colectivo
JPM: Jonás Perea Muñoz
“Iba el Elefante con su paso medido, sin prisa. El paso de quién sabe que para llegar, no siempre es necesario correr”. “Siempre acabamos llegando a donde nos esperan”. José Saramago.
|JPM| Mis líneas de trabajo son muy disímiles, algunas empiezan casi como un juego, en recopilaciones históricas, en el análisis y crítica de obra de Artistas | Arquitectos, de distintos periodos, locaciones y estilos.
Soy visual… y funciono por proyectos.
Hace unos años estuve en una conferencia de Clorindo Testa en la facultad de Arquitectura (una eminencia en la materia), el auditorio estaba colmado y fervoroso. Parecía que el único interés radicaba particularmente en su obra, o en él como celebridad.
Pero en lo personal, en el tumulto, encontré algo diferente. A la obra ya la conocía, la había estudiado en distintas materias y en numerosas publicaciones, en ese momento decidí prestar mi atención a sus modos y a su anecdotario que daban marco a sus obras. Y en algún momento se mostró como un hombre de principios. Lo vi como un abuelo sabio, ocupado de su profesión. En ese momento me dije, así tiene que ser y quiero llegar a viejo como este tipo. Estamos mal acostumbrados a conocer historias truncas, excentricidades o soledades productivas que resultan siempre atractivas a un guión cinematográfico. Mi historia más bien pretende ser simple y llana, pero contundente. Y desde hace un tiempo que estoy ocupado en ello, en mi rol de esposo y padre de dos bebés hermosos, con base en nuestra casa en las Sierras de Córdoba.
Me interesa la simpleza, lo austero, lo tradicional, el trabajo del material en bruto y a la vista (sin maquillajes ni revestimientos), el respeto por las composiciones proporcionales, por la pieza única. Y su inserción en el paisaje desde un criterio respetuoso, armónico.
Creo en la Integración de mis disciplinas.
Infancia – universidad – inicios
|PC| ¿Qué cosas creés que te inspiraron para estudiar arquitectura? ¿Cómo fue tu experiencia en la Universidad? ¿Qué cambios imaginabas como estudiante sobre la enseñanza y cómo crees que es el estado actual de la misma? Criticas, reflexiones, ideas.
|JPM| Desde muy chico estudio violín (desde los tres años de edad) en el Método Suzuki de Córdoba, que está en el Pabellón México en Ciudad Universitaria. En el México, históricamente funciona la Facultad de Artes, en la que mi Mamá, cursaba, en aquellos años, su Licenciatura en Grabado.
Soy el tercero de cuatro hermanos violinistas, tomábamos nuestras clases en orden de aparición, y en los entretiempos, acompañábamos a Mamá a sus talleres. Es en aquellos antiguos talleres de impronta ferroviaria, dibujaba donde conseguía papel y lápiz y mi mundo giraba en torno a eso. Los talleres de grabado eran muy tranquilos, de pocos alumnos. Creo que mi Madre estaba armando su Tesis en ese momento y aprovechaba cada instante para hacer sus copias en la prensa. Es inconfundible para mí el olor a la tinta xilográfica y el sonido que produce al estirarla a rodillo. Maderas talladas, chapas caladas… son dispositivos que de inmediato me llevan al pasado. Mi Mamá se dedicó a la docencia, y en casa nunca faltaron materiales para trabajar.
El dibujo es mi génesis. Dibujo desde que tengo uso de razón, en cualquier soporte, momento y lugar. En mis horas de colegio, mientras atendía a la clase, comenzaba a dibujar en los márgenes de las hojas, que muchas veces no me alcanzaban y terminaba cubriendo la superficie completa del tablero, a la manera de un tatuaje. Me llamaban la atención, hasta me ha tocado limpiar mi banco en alguna oportunidad.
De niños nos organizábamos a jugar, con mi Hermano Gaspar (tres años menor que yo). Yo me ocupaba de construir la fortaleza, el castillo o el laberinto, excavando en la tierra o amasando arena, apilando ladrillos o armando diques en el río (maqueteando va), mientras él jugaba con los tipitos (Batman y Robin – las tortugas ninja o los Play Móvil) y cada tanto me reclamaba… Dale Joni juguemos!… y yo seguía construyendo, al punto de que la tarde pasaba… insistía una dos o tres veces, hasta que se cansaba… y se terminaba yendo. Al tiempo me di cuenta de que él jugaba solo.
En el verano, todo era diferente, tenemos una casita en el campo desconectada del mundo “civilizado”. Para llegar el camino era inaccesible en auto. Un camino serrano muy empinado que arranca en la sierra y la casa está en el valle. En aquel tiempo no teníamos ni luz, ni gas. Nos instalábamos Enero y febrero allá. La luz a vela, la comida en el fogón, huerta, frutales, algunas gallinas y Robles (plantamos muchos Robles). Bajábamos nuestras provisiones a caballo, tengo una conexión especial con ellos. Cada año sumábamos un potrillo a la manada, y aprendíamos a cuidarlo y amansarlo desde apenas nacido. Se domesticaban a tal punto de meterse en la galería de la casa.
Por qué cuento todo esto, aparte de que son recuerdos de días muy felices; porque para pasar el verano cada uno tenía que armar su bolso y agregar lo mínimo para trasladar, debido al peso. Entre mis cosas siempre preparaba una carpeta grande con papel obra, lápices, sepias y carbonillas. Y mientras los demás dormían yo me sentaba en el borde de la galería y dibujaba a mis potrillos que se acercaban curiosos.
Luego llegó mi tiempo de elegir una carrera universitaria, y el comentario general era que los artistas de este país, no tenían un futuro prometedor, y me anoté en Arquitectura. Simultáneamente participaba en orquesta en el Teatro del Libertador y un conjunto de cámara que armamos con mis hermanos. Había comenzado naturalmente a dar clases de violín. La Arquitectura me atrapó, al punto de abandonar un profesorado en instrumento. Todos mis esfuerzos se volcaron en ello. Mis dibujos se arquitecturizaron y aprendí a proyectar y a componer. Me convertí en un alumno exitoso de tiempo completo.
Pero sentía que “el Arte” me tiraba, así que comencé a tomar clases de dibujo con mi Madrina Pipa, que es pintora. Que más que clases se convirtieron en charlas y en buenos momentos compartidos. A Pipa le debo el aprender a Ver. Sus clases de figura humana con muñequito de madera me enseñaron el encuadre, la proporción y el escorzo. Muchas veces no dibujábamos ni una línea, analizábamos libros y debatíamos sobre el quehacer artístico.
En una materia, Equipamiento, de quinto año de la carrera de Arquitectura, tuve un encontronazo con la profesora, que criticó duramente mi trabajo. La crítica consistió en que mi trabajo era Artístico y no Arquitectónico. Me sugirió que me “Vaya” a estudiar Arte (de manera despectiva). Me costó superar ese agravio, pero lo tomé como un desafío y ya casi al punto de terminar mi carrera, me anoté en la Facultad de artes. En algún punto, creo que mi decisión, desató un conflicto familiar. Seguí cursando algunas materias de Arquitectura, un poco por orgullo (no me siento cómodo en dejar cosas inconclusas). Pero me convertí en un alumno de Artes de tiempo completo. Me encontré con gente muy a mi medida, por primera vez. Mi hermano menor Gaspar y mi amigo Juan estudiaban Cine y Tv y pasaban muchísimo tiempo en casa haciendo fotos y cortos. Que derivaron en animación. Me convertí en actor de bajo presupuesto, en modelo para fotos, en dibujante de fondos y en asistente de arte en alguno de sus cortos.
Luego conocimos a Gisela una amiga pianista, que hoy es cantautora. Ella quería hacer un espectáculo multimedia, Proyecto Saturno, y nos pidió a Juan y a mí que la acompañemos desde la gráfica y desde el video. Trabajamos mucho, nos asentamos como “Creativos”. Sentíamos que éramos parte de la Bauhaus, del Di Tella o de algún movimiento de vanguardia. La obra se hizo solo una vez. Pero en escena, había un grupo de bailarinas contemporáneas que recortaban nuestras proyecciones. Entre esas bailarinas estaba Azul, mi Mujer, que desde ese momento nunca nos hemos separado. Creo que ya somos uno. Curiosamente en tiempos de adolescencia ambos pisábamos los pasillos del Teatro del Libertador y hasta compartimos escenario, ella desde el Seminario de Danza Clásica y yo desde la Orquesta Juvenil.
Luego de un tiempo de noviazgo aletargado, viajes, fotos y salidas culturosas en Córdoba. Decidí retomar mi Tesis de Arquitectura. Pero esta vez, en vez de renegar de mi faceta artística decidí incorporarla, así que el formato fue multimedia y el video arte se convirtió en herramienta de proyecto. El modo resultó innovador y el resultado exitoso. Y me convertí en Arquitecto.
Creo y le debo mi formación a la Universidad pública.
Un poco por interés, me anoté en un curso de postgrado en Gestión Cultural. Hice una práctica en el área de montaje del Museo Caraffa y la experiencia resultó fructífera. El curso de Gestión se tradujo en Auto Gestión. Desde ese momento empecé a generar herramientas de comunicación que decantaron en la exposición de mis obras, comencé a presentarme en cuanto concurso hubiese. A nutrirme de muestras, de cursos y de buena música. Fue un punto de inflexión en mi carrera, comencé a hacerme cargo de mi Arte.
Comencé con mis primeras obras como Arquitecto, ya tengo un par de casas en mi haber, entre ellas, la más importante es la construcción de nuestra casa en la que hemos pensado cada detalle.
Campo laboral – práctica
|PC| ¿Cómo es un día en la vida de Jonás? ¿Qué disfrutás hacer? ¿Dónde buscás inspiración? ¿Podrías definir procedimientos o procesos específicos que realices a la hora de proyectar?
|JPM| Diseñador? Creativo? Gestor?… Soy visual…Arquitecto & Artista (pensando desde la unicidad).
La multi disciplina. Implica traer o llevar elementos de una disciplina a la otra (consciente o inconscientemente). Suelo pensar desde el proyecto. Establecer tiempos y un fin acotado, programado. En mis decisiones prima la razón, el orden y las herramientas en clave compositiva.
La Arquitectura: nace en respuesta a una necesidad. Segunda piel. Habitar. Preservación de la especie, generar zonas de confort respecto a las condiciones del medio natural.
Principios greco – romanos: Firmitas: Firmeza | Venustas: Belleza | Utilitas: Utilidad o funcionalidad. Por cumplir con su tercer principio, fue separada de las demás artes.
La Arquitectura es material, tangible.
Mientras que el Arte viene a cubrir otras necesidades que están en el terreno de lo intangible. Siempre tiene un carácter anticipatorio. Va a la vanguardia. Y muchas veces se anticipa a un cambio de corrientes.
Mi dibujo es génesis como forma de expresión y como herramienta de dominio del espacio. Tiende a lo tridimensional, al objeto, al contacto con la materia de manera experimental. Y mi manejo del color es consciente.
En mis temas aparecen de forma recurrente vicios de ciudad y de humanidad. Procesos de geometrización de lo orgánico y viceversa.
Búsqueda de la perfección, la armonía y la belleza.
Hacer obra para mi tiene que ver con un goce personal. Me permite otras libertades. Pero a la vez, al no dedicarme de tiempo completo, el proceso tiende a discontinuarse.
En ambas disciplinas creo que interviene un proceso de diseño (pre concebido – maqueteado – croquizado). Necesito pre visualizar (¿será libertad contenida?) y a veces, para ello, recurro a soportes digitales.
Confío en la disciplina del hacer y en la auto exigencia. Soy incansable. Cuando me encuentro motivado me introduzco en mi proceso. A punto de perder por momentos la percepción inmediata del entorno y la noción del tiempo. Llego tarde a todos lados, y ya lo saben.
Es lo mejor que me puede pasar. Hacer lo que me gusta. “Soy libre en ese tiempo, y me condiciono cuando tengo tiempo libre”. Cuando hemos salido de vacaciones o estoy en alguna reunión (que no me interesa en lo más mínimo), tengo una especie de abstinencia creativa, y termino dibujando en servilletas, o en la arena o rasgando o abollando o plegando. Componiendo con piedras o palitos o amasando barro.
Soy versátil. Es mi medio. Me muevo como pez en el agua, con soltura y comodidad. Al punto de perder el interés en asuntos que están fuera de esa esfera (sin ser un fanático).
Me gusta cortar con mi rutina, de vez en cuando con otras actividades como: Jardinería, escritura, mi violín, mis hijos (siempre trato de cortar para atenderlos o a veces me reclaman, y es algo que me emociona, me hace sentir indispensable).
La música me acompaña permanentemente (sin estilos).
Mis procesos son bien disímiles, algunos comienzan en un relato o en una imagen preconcebida o patente. Otros desde la manipulación de la materia desde las partes al todo y viceversa… “juego, creo que juego”.
Y si me dan lugar, soy buen docente.
En mi Casa no hay taller. “Mi Casa es mi taller” y mi lugar en el mundo.
Creo que de arquitecto traigo el orden y la programación. Me gusta trabajar en un ambiente limpio e iluminado. “Arranco limpiando y termino limpiando”.
Disfruto y valoro el proceso. A veces más que la obra terminada. Algunas de mis obras me producen una especie de encantamiento o enamoramiento que perdura.
Me gusta estar en los detalles y pensar en que soy un arquitecto clásico.
Luego de una entrevista con el cliente, trato de generar alternativas que me conformen. Y
luego viene la etapa de consenso. Trato siempre de colocarme en situación y abordar el problema desde diversos ángulos.
No me considero un arquitecto de estilo. “A cada problema una solución”. Le doy su importancia a cualquier encargo desde el más pequeño hasta el más ambicioso.
Siempre voy a “por más y mejor”, luego hay tiempo de economizar recursos. En buena parte el contexto real se encarga de eso, de recortar presupuestos.
Disfruto mucho de estar en la obra. De su dinámica, de estar atento, de solucionar problemas sobre la marcha. Me divierte el contacto con la calle.
Personalmente creo que el arma más importante al momento de enfrentar un proyecto es tener una buena idea, y para ello hay que estar predispuesto a encontrarla. Una vez que la tenemos, solo queda dedicarle todo el empeño y tiempo posible para plasmarla; y en este proceso, uno se auto convence, de que dentro de un infinito mundo de posibilidades, esa idea es superadora. Al llegar a esta postura, uno tiene la confianza y seguridad necesarias para compartirla y defenderla.
Estado de la profesión
|PC| ¿Considerás que la arquitectura ha estancado desde hace un tiempo su producción intelectual en términos del marco teórico que rodea un proyecto? ¿Qué podrías decir de tu ciudad, es posible actualmente lograr la materialización de las ideas, de la exploración proyectual?
|JPM| Considero a mis proyectos como singulares. No cuento con una receta para comenzar con cada uno de ellos. Me atrae empaparme del tema, antes de comenzar mi proceso creativo. Soy algo obsesivo en ello. Considero que para enfrentar un problema específico, debo primero buscar antecedentes. En este punto cabe aclarar que es muy importante saber dónde buscar, cerciorarnos de La calidad de la fuente; para ello es imprescindible saber de Historia Arquitectónica y actualizarse permanentemente; conocer las nuevas tendencias a nivel global y encontrar ejemplos en su medio, que permitan el contacto directo con una obra que responda a patrones similares a los que uno está buscando. Y por último tener en cuenta que la Arquitectura es por y para la gente. Entonces es necesario contactar con las distintas partes involucradas, conocer sus requerimientos y llegar al consenso.
Soy de la idea de llegar a una síntesis teórica personal, como resultado de la primera etapa, antes del abordaje del proyecto. Fijar pautas o premisas que uno deberá seguir y respetar hacia el “aparente final”; ya que considero que un proyecto nunca concluye, puede seguir en continua evolución, hasta que uno o las circunstancias lo determinen. Es importante contar con material teórico de consulta, durante el proceso, pero solo a los fines de despejar dudas de tipo funcional; a veces incursionar demasiado en la teoría, dentro del proceso de diseño, puede llevar a expandir el tema, y perder foco en lo específico. Hay momentos, en el proceso, en que uno cae en un tiempo aletargado o de lagunas, que pueden llevar al fracaso, o a pensar de que todo es posible; es una rara sensación de que el proyecto nos supera, en esos momentos hay varias alternativas a seguir: la primera es cortar con la rutina e incorporar alguna actividad placentera, totalmente ajena al proyecto, para despejarse. La segunda es recurrir a algún colega o persona de confianza, contarle el proyecto y pedir su valoración. La tercera y la más drástica, es asumir que el proyecto no va ni para atrás, ni para adelante y hacer tabla rasa para comenzar de cero. En este caso es preciso encontrar las fortalezas y los errores, aprender de ellos, y apoyarnos en algunos de ellos para retomar la idea primera y así llegar a buen puerto (volver a lo esencial).
No encuentro fácil posicionar mis obras en una corriente determinada, ya que intento que cada proyecto sea único y genuino. Trato de no “caer en lo seguro”, que sería apoyarse en un estilo o en una solución adecuada para un proyecto y repetirla en los demás. Creo que tiene mucho que ver con mi incesante búsqueda y en que mi trabajo arquitectónico se ve espejado con mi obra artística.
Los materiales que prefiero son los llamados nobles. Aquellos que mantienen una impronta natural; pero creo que el uso del material es propio de cada obra y debe dialogar con su entorno mediato e inmediato.
Arquitectura y utopía
|PC| ¿Creés en la visión utópica de la arquitectura como motor hacia la solución de las problemáticas de la vida social en general o le quitás tal responsabilidad a la disciplina?
|JPM| La Arquitectura actual, se ve afectada por la mediatización y el espectáculo. Las nuevas tecnologías nos permiten asomarnos a infinidad de obras y proyectos en distintas partes del globo. Pareciera que mientras más monumental y efectista sea la imagen, la obra es efectiva. Es tanto el caudal de información que se hace muy difícil poder evaluar. Es primordial generar un pensamiento crítico, para tamizar tanto contenido fugaz. Existen pequeños proyectos de tinte regional y escasa publicación que tienen una impronta especial; me gusta prestar mi atención a los de este tipo, porque uno puede tomar lectura y aprehender de ellos.
Entiendo a la Arquitectura y al Arte como motores de cambio de una realidad. Eso es utopía pero también es realidad.
Los Utopistas: tratamos de resolver desde el arte, inquietudes que nos plantea la urbanidad, la arquitectura y la sociedad.
El proyecto que quiero compartir con ustedes es el de nuestra Casa estudio:
Hace un par de años invertimos nuestros ahorros en un lote en las sierras cordobesas. Un poco con la idea de escapar de la caótica vida en la gran ciudad. Elegimos vivir en el campo y trabajar en la Ciudad. Y contar así, con los beneficios de llevar una buena vida al aire libre.
Al poco tiempo tuvimos la oportunidad de un crédito y comenzamos con la construcción de nuestra Casa. Que ya se encuentra en un 50% y la estamos habitando. La pregunta que se presentó en aquel momento fue: ¿cómo debo pensar mi propia casa?. Cómo optar, al momento de proyectar, por la idea más conveniente dentro de un infinito mundo de posibilidades. Donde uno ya ha desarrollado herramientas de análisis, de crítica, de la obra propia y de la ajena. Cómo jugar los distintos roles, como el de administrador y el de comitente simultáneamente.
Tengo la fortuna de poder dedicarme de tiempo completo a lo que me gusta y mi familia me acompaña en mi cruzada.
Un poco de eso se trata este proyecto, y por eso decido publicarlo.
El barrio resulta de un antiguo loteo que tiene una particularidad, la de ser de tipo Jardín y de estar inserto en las sierras cordobesas. Es un área rururbana despegada de localidades próximas. Cuenta en su traza con bulevares, rotondas y veredas de 4m de ancho. Cercos verdes y muy poco asentamiento. Es un barrio abierto.
El terreno (de 20 m de frente x 45 m de fondo) en su origen tenía una pequeña inclinación. La operación fue la de tomar nivel al centro de la casa, excavando al 50 % y rellenando el 50 % de desnivel, para mantener un gran plano noble uniforme. Que respeta un retiro frontal de 4m y retiros laterales obligatorios.
En materia de forestación, el entorno es boscoso y se encuentra consolidado. La Propuesta paisajista acompaña a la Arquitectura desde el inicio. Vegetación autóctona | de hojas caducas. De parrales y de frutales | de huerta.
La Inserción de la arquitectura en el paisaje, nos lleva a la idea de que pareciera haber estado siempre ahí.
Idea de retiro: huir del caos de la vida moderna a la vida al aire libre (de crudos inviernos y veranos ociosos). Vivimos en otros tiempos.
La Casa está orientada hacia recibir la mayor cantidad de horas de sol hacia el Noreste, mientras que sus fachadas sur oeste se cierran. La distribución de las ventanas favorece a la ventilación cruzada.
Otra premisa fue la de Incorporar elementos sustentables (de re ciclo), así las aguas de desagües grises van directo a riego para el parque, y el agua de lluvia es recolectada para uso doméstico.
Me interesa la simpleza, lo austero, lo tradicional, el trabajo del material en bruto y a la vista (sin maquillajes ni revestimientos), el respeto por las composiciones proporcionales y por la pieza única. Y su inserción en el paisaje desde un criterio respetuoso, armónico.
Construcción tradicional. Vía húmeda: Rescate de lo tradicional
Ladrillo visto a junta retraida | Losas vistas | Aberturas antiguas restauradas | Revoque fino directo al ladrillo semi bolseado | Pisos de mosaico cementicio | Mesadas de cocina de granito reconstituido | Granito gris en el Dintel del Hogar | Quebracho colorado en tiranterías de cubierta
Influencias:
Tradición ladrillera cordobesa | Arq. Togo Diaz
La restauración nacionalista | Del Chalet californiano a la criolla
Elementos de la arquitectura vernácula y Serrana | Casas de campo
Arquitectura Fabril, ferrocarrilera | Rejas de colores | Bauhaus
Iluminación nocturna en dinteles de puertas y ventanas | La casa se enciende de noche y el color de las rejas se destaca.
Araña de Hierro forjado | Herencia de mi familia paterna
Auto construcción en familia. Valor al proceso y no solo al resultado. El Construir en etapas nos permite pensar en etapas.
Tipología: Un volumen bajo un mismo techo. Planta baja social y Planta Alta privada, a completar con entrepisos en su interior. Planta libre que se organiza en tres módulos de 4 × 6 m. Las dependencias de servicios se alinean a modo de pastillas contra el muro sur, situación que contribuye al acondicionamiento térmico interior en periodos fríos. Proporciones de Academia: Decidimos respetar la altura original de las puertas con Banderolas, situación que nos llevó a modificar niveles.
Estamos viviendo desde hace un año. Nuestro segundo bebé nació bajo este gran techo.
En la zona la conocen como "La casa del Arquitecto o la Casa de las rejas de colores".